A través de un video, el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Klaus Frerking, dijo que la falta de combustible paraliza la producción, pone en riesgo los empleos y la seguridad alimentaria, y el agro está en terapia intensiva y está a un paso de cruzar un punto sin retorno.
Sin combustible no hay cosecha, no hay transporte, no hay alimento, advirtió y por ello exhortó a las instituciones públicas a asumir su responsabilidad inmediata y definitivo, ya que el país no puede seguir viviendo con parches.
Los miembros de la CAO aseguran que el Estado debe garantizar el abastecimiento de combustibles al sector productivo y elimine la burocracia, así como plantee soluciones técnicas y viables. Fueron claros en señalar que el sector agropecuario está para colaborar y no reemplazar al Estado.
Indicaron que no es tiempo de cálculos políticos, y por ello convocaron a las instituciones representativas del país para discutir las primeras medidas a adoptar para la reactivación productiva.
Mientras tanto, el viceministro de Desarrollo Agropecuario, Álvaro Mollinedo, informó ayer que se garantiza una transición de gobierno con 50 millones de litros de diésel para el sector del agro y la seguridad alimentaria.
“50 millones de litros no creo que solamente nos alcance hasta la transición, yo pienso que se está pensando en mucho más allá, hasta que el próximo gobierno (tome acciones). Ellos también puedan ser parte de estos 50 millones de litros que está gestionando el ministerio en beneficio del sector productivo”, explicó.
No obstante, el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras (MDRyT) aún no tiene el requerimiento claro del sector productivo, por lo que el ministro Yamil Flores tendrá una nueva reunión con el sector productivo.
No se puede hablar de que, a causa de la escasez de diésel, los precios de los alimentos se incrementaron, por el contrario, el costo de algunas verduras y frutas, disminuyeron, aseguró.
El Gobierno explicó que el bloqueo a créditos externos en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP) es uno de los factores que ocasionó una falta de dólares para la importación de combustibles. El país cuenta con moneda nacional, pero no con la divisa estadounidense para la compra de carburantes.
De acuerdo con los datos oficiales, la campaña agrícola de verano requiere 195 millones de litros del carburante. El diésel y la gasolina son subvencionados en Bolivia. El litro del diésel tiene un precio de 3,72 bolivianos.
El próximo gobierno que sea electo en el balotaje del 19 de octubre entre Rodrigo Paz (PDC) y Jorge Quiroga (Libre) deberá “completar hasta los 195 millones que requiere la campaña de verano”.
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